Una enorme copa de vino al pie de la escalinata de su avión privado es como Luis Miguel fue recibido por su agente de seguridad en Las Vegas, Nevada, el lunes pasado.
Lujo, glamour y excentricidades han rodeado la vida del artista, quien una vez más dio muestra de caracterizarse por dar rienda suelta a sus gustos, al descender de la aeronave, impecablemente vestido, y antes de subir al auto que ya lo esperaba; entonces recibió una copa que sostenía su guarura, según un video difundido por la cadena Univisión. Tras saludar a los fans que lo vieron desde lejos, El Sol sonrió y se dirigió al hotel donde se hospedaría, en la conocida ciudad «del pecado».
Tequila, whisky y vodka son algunas de las bebidas que aparecen en la lista de exigencias a donde quiera que Luis Miguel va, además de cortinas negras en la habitación donde se hospeda, velas con aroma a vainilla, toallas blancas, camilla de masajes, una bicicleta fija y un chef personal.
Procedente de California, el intérprete llegó a la ciudad del juego, donde ofrecerá, como cada año, una serie de conciertos en el The Colosseum del Caesars Palace, del 15 al 18 de septiembre, acompañado por 15 músicos y también dos coristas.
Durante su estancia en la ciudad, se dice que se reunirá con sus hijos, Miguel y Daniel, pues su ex pareja, Aracely Arámbula, también se encuentra en el lugar, ya que hoy será honrada como «La reina de la herencia hispana» por la Asociación Internacional de Prensa, Radio y Televisión. La actriz será reconocida por su trabajo en la obra de teatro Perfume de gardenia.