La intimidad de la gala en La Rural de Luis Miguel (Clarin)
Luis Miguel tuvo una noche íntima en el predio de La Rural donde agasajó con su música a unos 1800 fanáticos en una cena show.
La gala de Luis Miguel en la Rural hizo delirar a más de una. Y la fiebre comenzó bien temprano: a las ocho de la noche, sobre la calle Sarmiento, la cola de mujeres con vestidos largos -algunas acompañadas por hombres con impecables trajes- era por demás de larga. Todas, adornadas por sus mejores prendas, soñaban que el cantante mexicano posara al menos unos segundos los ojos en ellas.
Y como no podía ser de otra manera, varios famosos dijeron presentes en el evento. La primera en llegar fue Martina Stoessel: la protagonista de Violetta iba a concurrir a la gala con su novio, el actor Peter Lanzani. Sin embargo, llegó acompañada por su madre y juntas tuvieron «una noche de chicas».
«Mi mamá me hacía escuchar la música de Luis Miguel en los viajes a Carilo que duraban unas cuatro horas», afirmó Martina, que para ir a La Rural elogió un vestidito blanco muy corto, y que por compromisos no pudo quedarse hasta el final del recital.
Luego, desfilaron por la alfombra roja Zulemita Menem y Barbie Simmons, Julieta Pink y su pareja Luis Calderero, y también Sabrina Garciarena y su novio Germán Paolosky. Más tarde llegó Luciana Salazar, que avanzó directamente hacia las mesas de adelante.
Luis Miguel recién salió a escena a las 23 hs., y las chicas no dudaron en recibirlo con un estridente alarido. El mexicano comenzó con su repertorio de clásicos, y todos en el salón de La Rural lo acompañaron con el coro. En total había 183 mesas para que disfruten comodamente del show mil ochocientas personas.
«Mi marido me regaló la entrada para el aniversario y el día de la madre», contó una señora de cuarenta y tres años que disfrutó el recital con su esposo, quien confesó que no le gusta la música de Luismi, aunque se alegraba de ver a su mujer feliz, siempre cantando y bailando al ritmo de las canciones románticas.
Con los primeros acordes de «Por debajo de la mesa», las servilletas comenzaron a ser revoleadas por los aires, por encima de las cabezas de los que miraban alucinados el show. Las mujeres que se ubicaron en el fondo del salón sacaron los binoculares que llevaron en sus carteras para no perderse ningún detalle del galán.
«Besame mucho», entonó Luis Miguel y todas festejaron de pie, bailando en un delirio místico que sólo una noche íntima puede brindar. Una gala inolvidable que sedujo a todas. Un evento tan especial que ni siquiera los rumores quisieron perderse: más de uno señaló a una de sus coristas, la rubia, como la nueva conquista del galán mexicano.